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El Parque de los Laberintos

El Parque de los Laberintos


Tiene un portal en el acceso con arcos ojivales, a cielo abierto y estrellado con lunas y relámpagos, con rayos y velas.

El parque tiene: pérgolas, túneles, arcos, cavernas, pirámides y cascadas.

Está formado por una variedad casi infinita de toboganes, por un sube al cielo y baja a la tierra y por laberintos dónde se es ayudado por Ariadna, con su hilo, a encontrar salidas a nuestros pesares...

Hay algunos toboganes con tangentes, para los que están muy defendidos, otros toboganes para adquirir coraje; también hay toboganes para entrenarse en caídas.

Algunos toboganes son de piedras blancas transparentes.

Los toboganes líquidos tienen cascadas, con peces de colores y aguas aromatizadas.

Hay calesitas para sentir al girar, la rueda de la vida.

Hay lluvias de colores para festejar los sentidos, hay llanas para columpiarse, mandalas para meditar, burbujas para recordar lo etéreo, globos para celebrar, arco iris para subir al cielo, puentes para unir los corazones enamorados.

Se puede jugar al tiro al arco para centrarse.

Podés escuchar música celta para el alma y danzar en el espacio de los sueños.

Si vienes encontrarás escenografías fantásticas, narraciones de cuentos infantiles, representaciones de las mitologías sabias y también instalaciones artísticas.

Si te decides disfrutarás del aroma de los jazmines, de los colores borgoñas y del agua fresca de los cenotes mayas.

Si estás perdido podrás consultar la guía para perplejos y seres confundidos.


Advertencia:
El parque es un lugar dónde predomina la necesidad, los sentimientos y no el intelecto.
Se recomienda venir con una actitud abierta.
Funciona sólo se noche.

Costo: dejar los prejuicios en la entrada, ese es el precio a pagar.



Del libro: Poetizar la vida. Creatividad poética. Carlos Alberto Churba.
Ediciones del camino del bajo. Olivos. 2005

Ilustración: Roxana Brizuela