martes

Encuentros



¿Qué significa combinar números, encontrar significados, significar actos, pensar sentidos, encontrar recurrencias, hacer frente al caos, dar forma, encontrar una señal, poner un orden frente a la infinita magnitud de lo inconcebible, arañar algún pedacito de comprensión del misterio Uno?
Uno que es todo, todo que vive en el Uno. La presencia del Yo Soy, shekiná, la magia, la gracia del existir, habitando la tierra como mortales, mirando y deseando el cielo como inmortales, poetizando la vida o vivir poéticamente, entre el cielo y la tierra, tratando de encontrar la armonía, conquistando una identidad, la casa, para salir a la conquista del territorio, del mundo, salir del cascarón para crecer y evolucionar, para desplegar y desarrollar nuestras potencias, para relacionarnos en el crealogar con nuestro próximo, prójimo en el reino de lo nuestro como Martin Buber dice, entre la subjetividad y la objetividad, entre el yo y el no yo, entre lo intrapsíquico y la realidad compartida, espacio de encuentro, espacio de creación, de intercreación, espacio de juego. La intensidad del encuentro del creador con su mundo, tanto interno como externo. Encuentro, también, con la belleza, la de cada día, belleza en la hoja que con el otoño cae; con el cielo que se viste de mil colores en cada atardecer; con la calma de esos momentos en que parece detenerse el ritmo de la naturaleza; encuentro con la energía que nos transmite una catarata, que en el fluir del agua cayendo genera la maravilla; encuentro con la flor que se abre y nos regala su color y nos dona su fragancia, para deleitar nuestros sentidos; encuentro con la sonrisa de una persona querida, que con ello nos comunica su alegría y nos recibe en su mundo que en esos felices momentos también se vuelve nuestro; encuentro con la espontaneidad de un bebé que a cada instante descubre una sensación y lo festeja o se frustra y lo demuestra; encuentro con la caricia que nos toca, no sólo en la piel sino también el alma, cuando alguién nos expresa su ternura o por fin encuentro con ese abrazo que contiene, con la palabra que alienta, con el gesto que acompaña o con la lágrima que alivia.