domingo

¿Qué forma tiene la vida?


¿Qué forma tiene la vida?

Lic. Carlos A. Churba



¿Qué forma tiene la vida? me pregunté en una oportunidad en que estaba trabajando en la creación y el diseño de gráficos para ilustrar una clase que estaba preparando sobre el tema de la creatividad aplicada en enriquecer nuestras vidas.

Se me presentó el círculo como respuesta espontánea al interrogante formulado. Debo confesar que entonces me sentí enfrentado a un dilema. Soy autor de una serie de libros y conceptos sobre la creatividad, la innovación y su desarrollo tanto a nivel de las personas como de las organizaciones.

Uno de esos conceptos es lo que he denominado El Gráfico Espiralado de La Creatividad.


En dicho gráfico incorporo los cuatro parámetros básicos de toda investigación y aplicación de la creatividad: la persona creadora, el proceso creador, el producto, obra, resultado y el ambiente dónde se desarrolla todo el proceso de creación. Pero como entiendo que una vez obtenido un producto es fundamental proceder a la evaluación del proceso seguido y los resultados obtenidos coloco nuevamente a la persona creadora en una posición diferente a la inicial debido a que la creatividad transforma no sólo a la realidad que compartimos socialmente al incorporar los productos creados, sino también a la persona del creador, que si capitalizó la experiencia creadora estará en mejores condiciones de realizar un nuevo proceso creador, partiendo ésta vez de un punto diferente de la espiral.


Por lo expuesto, para mí, la creatividad se expresa gráfica y conceptualmente como un espiral.


Deseo destacar en este punto que también en los procesos psicoterapéuticos auténticos, es decir creadores, como sostiene Ramón Sarró, el paciente se transforma y evoluciona cambiando su posición subjetiva.


Para poder encontrar una salida a un dilema, según tengo aprendido, es necesario convertirlo en un problema lo que nos habilitará a encontrarle solución.


La respuesta fue problematizar la cuestión planteando la existencia de una diferencia entre la expresión gráfica y conceptual de la creatividad (espiral) por un lado y la forma gráfica en que podemos expresar la vida (el círculo) por el otro.


Despejado ya tema continúo mi camino y comienzo a circular por la vida habiendo decidido ya que su forma es circular.


La Vida Circular- Circular la vida


Podemos pensar la vida en singular (siempre es importante singularizarla) o podemos concebir nuestras vidas en plural, lo que nos permite plantear la idea de “las vidas circulares”.


Es frecuente encontrarnos en la actualidad con la idea de vidas múltiples. Cada uno de nosotros acaso no vivirá sin ser muy consciente de ello, vidas plurales, paralelas o quizá vidas circulares?


En el libro de Heyer, Gustav R.: El poder curativo del espíritu, este autor inspirándose en Jung y en Klages, concibe la personalidad como integrada por distintos “círculos vitales” coincidiendo con nuestro pensamiento en cuanto a que podemos representar en círculos concéntricos los distintos niveles que nos conforman: físico, emocional, mental, espiritual, social, cultural.


Podemos pensar que las contradicciones y quizá muchas de las confusiones que nos atraviesan, son consecuencias, en parte, de estar forzados a vivir en distintos círculos.


Para terminar deseo compartir con ustedes algunas reflexiones de Aïvanhov sobre las enseñanzas que la figura del círculo puede aportarnos si relacionamos el centro y la periferia con nuestra vida interior.


Es fundamental para salir de las contradicciones y confusiones que mencionamos anteriormente el estar concentrados y atentos en nuestro centro para evitar el riesgo de ser absorbidos por la dispersión que acontece cuando vivimos en la periferia.


El centro, nuestro propio centro, nos permite conectar con la unidad, con nuestra esencia, con nuestra identidad. Si estamos bien arraigados en nuestro centro podemos entonces abrirnos en las infinitas direcciones que como radios parten de él hacia la periferia, es decir hacia las diferentes actividades, relaciones, intereses, proyectos, que queramos desplegar y realizar en el mundo.


Anclarnos firmes en nuestro centro, trazar un círculo de luz alrededor de él que nos contenga y proteja y lanzarnos a la materialización de nuestros deseos, ideas y proyectos desplegando nuestra creatividad al servicio de la construcción de un mundo mejor, habitable para nosotros y para nuestros semejantes es una elección para vivir una vida circular circulando la vida en el encuentro creativo con los círculos de nuestros prójimos concretando así la propuesta del crealogar, esto es crear sentido en el diálogo fecundo.